Un estante con muñecas y peluches antiguos de todos los tamaños y colores.
Una pared llena de fotografías de la inmensa familia de la tía.
Un gallito errante en el patio.
Más gallitos.
Un dócil mestizo de sharpei, no supe su nombre.
La candidez y gracia de dos lindas niñas acariciando al perro.
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