Cuando Jesús fue a orar al monte Getsemaní, estaba muy triste. Y con mucho dolor y muchas ganas de rendirse. Solo alguien que ha vivido algo así, para al final salir triunfador, puede garantizarnos que su ayuda, nos hace más que vencedores.
Por primera vez Jesús pidió ayuda. Él fue a orar y dijo:
"Padre, si es posible pasa de mí esta copa"
El Señor estaba allí, en el cuadrilátero de Getsemaní, peleando su batalla de fe. Se sentía angustiado, sentía que podía perder. En ese momento yo me imagino a Jesús como aquel boxeador que va a su esquina y le dice al entrenador:
"Tira la toalla, ya no aguanto!"
Y el entrenador le dice:
"No, yo te conozco y sé que puedes triunfar".
No la tiró. Jesús fue donde el Padre tres veces y le dijo:
"Padre, si puedes pasar esta copa de mí, tengo mucha angustia, estoy flaqueando".
En la Biblia no se registra la respuesta. Yo creo que el Padre le dijo:
"Pelea, sal de nuevo".
Al llegar a la tercera vez, le dijo:
-"Padre, ¿puedes encontrar una manera en tu omnipotencia, en la que puedas salvar al mundo sin que yo vaya a la cruz?"
-"¡No te rindas! Mi presencia irá contigo"
Y le dijo a Dios:
"Señor, tienes razón ya no aguanto, pero no me voy a rendir, no voy a retroceder, voy a seguir".
Cualquiera que sea tu situación Jesús hace lo mismo contigo, Él tiene la experiencia. Él sabe lo que se siente: "Hagámoslo juntos, no desmayes. Aguanta un poco más. Todo lo puedes conmigo, Yo soy tu fortaleza". ¡Pelea! Eres más que vencedor en Cristo Jesús. Eres un Hijo de Dios. ¡Eres un campeón!, ¡levántate y pelea!
Texto tomado de Jesús campeón en el tercer round
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